No tenemos un plan, devastador, ni siquiera demasiado revolucionario. Y muchas veces nuestra propia dualidad supo ser un enemigo.
Hubo un tiempo, en que las sabias canciones solían arremeter ante nuestras cócleas, y dejarnos una merma cerebral, como el berreo de una quinceañera, que todavía no supo embriagarse en su propio festejo. Como un haz de luz plateada, que se comía las ventanas de mi hogar, y derrepente me dejaba solo, mas que solo. Y, quizás estúpidamente, es aún el día de hoy, que podemos regodearnos,sosteniendo con las manos nuestras peras, de haber pasado por algo así. Estúpidamente, decimos, porque entre las múltiples filosofías que forman la columna vertebral de esta asociación, está claramente etiquetada la sensibilidad como pecado. Atentando contra el uso puro e innato de la razón, desbastando las aristas de una figura geométrica y tridimensional, para lograr un objetivo en low fi, y dos dimensiones.
Pero quién puede escapar de el perro que se persigue la cola? No fue acaso el oráculo de Delfos muy claro en ese aspecto? Acaso no? No predijo San Malaquías al propio enemigo 'Ex magnitudine montis'?.
No es claro, no es fácil.